Como adelantamos en el artículo publicado anteriormente, «cabeza y cuello, postura adelantada», hoy vamos a hacer hincapié en una de las causas de ese posicionamiento incorrecto: el desequilibrio muscular.
En nuestro cuerpo, para que la postura y los gestos sean apropiados, los músculos encargados deben estar en equilibrio… Pero hemos de saber que los músculos, por su composición, NO se comportan todos de igual manera:
– La musculatura tónica (tipo I) es la que asociamos con el mantenimiento de la postura/estabilización; con el mal uso o desuso tiende a acortarse.
– La musculatura fásica (tipo II) es la que asociamos con el movimiento; con la inactividad tiende a debilitarse SIN acortamiento (además en ocasiones están inhibidos o limitados, por el acortamiento de la
musculatura tónica opuesta)
En el conjunto cuello-cabeza, cuando todos los grupos musculares tienen un buen tono y trabajan adecuadamente, existe un equilibrio de fuerzas y la cabeza se encuentra en la posición óptima.
El problema se plantea cuando, por posturas inadecuadas mantenidas, baja actividad… uno de los grupos se debilita y el contrario se acorta o tiene un tono excesivo.
En el caso de la cabeza adelantada , hablamos de hipertono/acortamiento de la musculatura extensora (trapecio superior, ECOM, musculatura suboccipital) y debilidad de la flexora (especialmente los flexores profundos).
Este desequilibrio suele afectar también a la musculatura de las escápulas y hombros , con hipertono/acortamiento en elevador, romboides fibras superiores y pectorales y debilidad especialmente en serrato mayor y rotadores externos.
Este conjunto de alteraciones cabeza-cuello-hombros es lo que denominamos Síndrome cruzado superior , en el cual la cabeza se adelanta al eje y los hombros se ‘enroscan hacia delante’ y que nos provoca cervicalgias y cefaleas(dolores de cuello y cabeza), irritación articular, compresión nerviosa, mareos, pérdida de fuerza …
Para luchar contra él y reprogramar la postura, no es suficiente con «soltar» la musculatura acortada , necesitamos también tonificar la musculatura débil con ejercicios personalizados.
¡Ojo! No olvidéis que somos más que músculo y esos desequilibrios pueden estar ocasionados por emociones, alteraciones de la mandíbula, disfunciones viscerales…
Es por ello que (como siempre) os recomiendo consultar a vuestro fisioterapeuta de confianza quien valorará vuestro caso en su globalidad y, cuando lo crea conveniente, os enseñará la pauta ejercicios adecuada.
Gloria Gómez Vivancos
(*Este artículo divulgativo está escrito con el fin de que lo entendamos todos, si tienes alguna pregunta no dudes en ponerte en contacto conmigo)